La industria del transporte ha cambiado profundamente en las últimas décadas. Donde antes bastaban la fuerza y la experiencia al volante, hoy se exige inteligencia de datos, eficiencia energética, automatización y una comprensión integral de la cadena logística. Pero si hay algo que no ha cambiado —y no debe cambiar— es el foco en las personas: los conductores, los dueños de flotas, los operadores, los técnicos, los encargados de mantenimiento. Son ellos quienes hacen que todo funcione.
Celebrar tres décadas en el país no es solo un hito numérico: es el reflejo de una evolución constante, de una adaptación permanente a los desafíos de un sector que no se detiene. Y en todo este camino, hemos aprendido una lección clave: la verdadera innovación no está en la tecnología por sí sola, sino en cómo esta mejora la vida y el trabajo de las personas.
Los desafíos actuales del rubro son enormes. El compromiso por reducir la huella de carbono es real, y eso requiere vehículos más limpios, pero también una red de soporte que garantice continuidad operativa. Por eso, en paralelo a nuestro aniversario, estamos ejecutando un plan de inversión de 15 millones de dólares hasta 2026 para modernizar y relocalizar nuestras sucursales en puntos estratégicos como Antofagasta, Temuco, Los Ángeles y Coquimbo. Queremos estar más cerca de nuestros clientes, donde realmente nos necesitan.
También entendemos que un camión o bus por sí solo no garantiza eficiencia. Por eso desarrollamos soluciones integrales como Scania Finance, Mantenimiento a medida, programas de capacitación para conductores y Servicios Conectados, que permiten optimizar recursos, anticipar problemas y mejorar el rendimiento en cada kilómetro recorrido.
Estos 30 años en Chile nos llenan de orgullo y los celebramos mirando al futuro del transporte: un futuro más eficiente, más conectado y decididamente más sustentable. Y queremos seguir siendo parte activa de esa transformación, como socios confiables, entendiendo no solo el negocio, sino también a las personas que lo hacen posible.
Porque al final del día, la mejor innovación es aquella que facilita la operación, protege a quienes están en el camino y mejora su calidad de vida. Esa es, y seguirá siendo, nuestra ruta.