Informe UNAB señala que productividad hospitalaria a caído un 38% en una década, pese a aumento de recursos

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A 30 años del “Informe Caldera”, el nuevo estudio del Instituto de Salud Pública UNAB revela que la eficiencia y productividad de los hospitales públicos sigue en declive, a pesar del aumento del presupuesto en salud.

En octubre de 2024, el Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello (ISP UNAB) presentó un informe clave para entender el estado de la productividad hospitalaria en Chile. Editado por Héctor Sánchez, director ejecutivo del ISP UNAB, el académico Manuel Inostroza, con la colaboración de Benjamín Ahumada, el estudio analiza la evolución de la productividad en los hospitales públicos entre 2013 y 2023, revelando importantes desafíos estructurales.

A pesar de un aumento significativo en el presupuesto del sector salud, con un crecimiento del 84% real entre 2014 y 2024, el informe evidencia una disminución generalizada en la productividad laboral y la eficiencia del gasto. «Desde el Informe Caldera de productividad (1994), nuestros hospitales públicos llevan 34 años con problemas estructurales de ineficiencia y baja productividad; si no hacemos reformas estructurales a su funcionamiento los recursos adicionales no mejorarán la atención a los pacientes como se espera”, señala Inostroza.

Por su parte, Héctor Sánchez advierte que la crisis financiera hospitalaria en Chile no puede resolverse únicamente con un aumento de recursos, como ha sido el enfoque predominante, pues, según él, existen problemas estructurales que no han sido abordados. El Estado debe asumir este desafío mediante un acuerdo político amplio que, además de inyectar más recursos, contemple un plan de intervención sobre la gestión hospitalaria, evaluado con indicadores objetivos y reportado de forma transparente. De lo contrario, en un año más estaremos con el mismo problema».

Un panorama preocupante

El informe detalla una caída en los indicadores de eficiencia del gasto en salud, entre un 17,4% y un 46,3%, dependiendo de si se incluyen los exámenes de diagnóstico en la producción. Además, se registra una reducción de la productividad laboral del 4,6%, llegando al 38% si se excluyen los exámenes diagnósticos.

Una de las consecuencias clave de este deterioro es el aumento de costos operacionales en los hospitales públicos, mientras que los precios de transferencia del sistema GRD (Grupos Relacionados por Diagnóstico) han quedado subvalorados entre un 13% y un 35%. Este desajuste amenaza la sostenibilidad financiera del sistema.  “De hecho, los precios ofrecidos por la red privada son entre un 16% a un 29% menores a los costos de producción estimados en la red pública, según la última licitación de Fonasa para 2024 con 79 establecimientos privados.  Por consiguiente, si el sistema público alcanzara los mismos niveles de eficiencia y productividad que le permitieron al sector privado ofrecer los precios que propuso para los GRD en esta última licitación en 2024 y los aplicara para resolver los egresos hospitalarios y quirúrgicos de todos sus beneficiarios en  2024 , se produciría un ahorro entre $546.858 millones y $1.141 billones de pesos chilenos”, indica Inostroza.

Estos montos coinciden en gran medida con los déficits estimados por el propio Gobierno y respaldados por el Colegio Médico de Chile en sus propuestas para abordar la crisis hospitalaria. Sin embargo, según el director del ISP UNAB, a pesar del significativo esfuerzo del país por aumentar en un 84% el presupuesto sectorial en términos reales durante los últimos años, “surge una demanda legítima: que las autoridades del sector salud prioricen el incremento de la eficiencia y productividad del sistema público hospitalario. Es una cuestión de justicia mínima para no seguir postergando a la gente y permitir que las listas de espera sigan creciendo por una supuesta falta de recursos”.

Propuesta de soluciones

El estudio enfatiza la necesidad de implementar diversas estrategias que aumenten la productividad, tales como la extensión del uso del sistema GRD, el cual ya financia 72 hospitales públicos, mecanismo que clasifica pacientes y costos según la complejidad de los casos atendidos, permitiendo una mejor asignación de recursos y hacer un benchmarking entre hospitales.

Por otro lado, el estudio indica que se necesita mayor transparencia en las estructuras de costos y acceso a datos abiertos para un monitoreo eficaz. “El seguimiento a la eficiencia, costos y productividad hospitalaria es clave si es que queremos que los futuros incrementos del presupuesto del Ministerio de Salud como el del año 2025, con 636 mil millones de pesos adicionales, puedan disminuir las actuales listas y tiempos de espera, así como también es necesario para iluminar el debate sobre las reformas que urgentemente necesita el sistema hospitalario chileno”, subraya Manuel Inostroza. Un llamado a la acción

“Finalmente, la gestión hospitalaria requiere también reformas estructurales en la gestión del recurso humano, pero sobre todo dar una real gobernanza a estos establecimientos, en los cuales descansa en gran medida la efectividad del sistema de salud chileno y que es donde se genera gran parte de las listas de espera” insiste Héctor Sánchez, quien indica que ya no es posible seguir solucionando el problema solo con más ingresos, “estos datos son un llamado a la acción mediante políticas de estado que aborden la raíz del asunto”.

Este informe busca ser una «provocación académica» para fomentar un debate informado sobre el futuro del sistema de salud chileno. «El hecho de que los precios sean más bajos en la oferta privada, en relación con los costos de los hospitales públicos, representan un desafío para Fonasa en el uso eficiente de sus recursos y lo que es más importante respecto a la responsabilidad de cuidar la salud y la vida de sus beneficiarios, con más de 36 mil muertos que estaban en las listas de espera este año 2024” concluye Inostroza.

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