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La tensión vivida estos días en las calles de Chemnitz se trasladó este miércoles a los despachos de la policía alemana, cuestionada por las autoridades del país por la filtración de un documento secreto clave en la investigación de los sucesos de estos días. Se trata del dossier de la orden de detención de un joven iraquí que presuntamente está relacionado con el asesinato de un ciudadano alemán, un crimen que desencadenó la ola de violencia ultra y xenófoba que vive la ciudad sajona desde el domingo. El documento fue difundido en las redes sociales por el partido populista anti-inmigración Alternativa para Alemania (AfD), el grupo ultra Pro Chemnitz y otros grupúsculos de extrema derecha, en teoría con el fin de encender los ánimos en las marchas violentas y la persecución de migrantes que ha tenido lugar estos días en el municipio.

Por lo demás, tras tres días consecutivos de protestas en la ciudad sajona, el miércoles no ha habido enfrentamientos y la ciudad regresó a una relativa normalidad. Una calma que parece preceder a un nuevo embiste de esta tormenta xenófoba que se desencadenó tras la muerte de un ciudadano alemán el domingo en una reyerta presuntamente con tintes racistas. Para el jueves está prevista una marcha convocada por los ultras de Pro Chemnitz, el principal instigador de las movilizaciones.

La policía, que se vio sorprendida por la violencia de las marchas del domingo y lunes y que fue criticada por no haber planeado suficientes efectivos, prepara un gran despliegue para hacer frente a nuevos enfrentamientos. Además, para el sábado, el partido AfD y el colectivo Pegida (acrónimo en alemán de Patriotas contra la Islamización de Occidente) han llamado a sus acólitos a secundar una marcha silenciosa a partir de las cinco de la tarde. Entretanto, la ministra de familia del ejecutivo alemán Franziska Giffey confirmó que acudirá el viernes a Chemnitz. Giffey, del socialdemócrata SPD, se mostró «consternada» por la oleada de violencia y advirtió contra la instrumentalización que han hecho los radicales sobre el asesinato del domingo. La ministra dijo querer dar «un espaldarazo a la ciudad e implicarse por la democracia en Chemnitz».Un proceder que le ha valido elogios por parte de la sociedad alemana, que ve con buenos ojos que representantes de los partidos establecidos se impliquen en combatir in situ el discurso del odio. Algo que ha evitado hacer el ministro del Interior, Horst Seehofer, cuya tardía reacción despertó críticas.

Si en Sajonia el discurso xenófobo gana cada día más adeptos, es en parte gracias al partido AfD. Esta formación xenófoba fue el partido más votado en la región y tiene en este ‘land’ de la antigua República Democrática Alemana su principal feudo electoral. Ayer, su presidente Alexander Gauland defendió a los manifestantes: «Cuando el Estado no puede proteger ya a los ciudadanos, la gente sale a la calle y se protege a sí misma. ¡Así de simple!», dijo en una entrevista al diario ‘Die Welt’. El líder populista aseguró que «es una obligación ciudadana parar la ‘migración del cuchillo’ que trae la muerte» y opinó que «cuando sucede un crimen semejante, es normal que la gente explote».

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