El impacto del refuerzo positivo en la crianza y educación
Diversos estudios confirman que el refuerzo positivo no solo mejora el bienestar emocional de los niños, sino que también fomenta su aprendizaje y confianza. Expertos y educadores destacan su impacto en la crianza y educación.
El refuerzo positivo se ha consolidado como una herramienta esencial para el desarrollo integral de los niños. Según estudios recientes, prácticas como elogiar buenos comportamientos o guiar con empatía en la corrección de errores no solo favorecen el crecimiento emocional y cognitivo, sino que también contribuyen a la construcción de una crianza más respetuosa y efectiva.
Según el estudio «Retroalimentación efectiva con estímulos positivos desde lo emocional» (2022), realizado por Rubén Darío Sarmiento y Gloria Salazar, de la Universidad de las Américas y Universidad Andrés Bello, el refuerzo positivo mejora la autoestima, la motivación intrínseca y la confianza de los niños, consolidándose como un pilar para su desarrollo emocional y cognitivo.
En la misma línea, el estudio «Conocimientos, Actitudes y Prácticas (CAP) con relación a la Violencia en la Niñez en Chile» (2022), realizado por UNICEF y la Pontificia Universidad Católica de Chile, reveló que el 99% de los cuidadores reconoce la importancia de las prácticas de crianza positiva, como el elogio y la explicación. Sin embargo, también evidenció que un 47% aún considera al menos una práctica violenta como efectiva, lo que evidencia la necesidad urgente de reforzar el conocimiento sobre los beneficios de la disciplina positiva.
“El refuerzo positivo no solo permite que los niños y niñas aprendan y repitan diferentes habilidades y comportamientos, sino que también juega un papel fundamental en su desarrollo de manera transversal, teniendo en cuenta su bienestar emocional, y en la cimentación de relaciones saludables, tanto interpersonales como interpersonalmente, que lo van a favorecer al momento de aprender y desarrollarse como persona”, señala Sofía Derezunsky, Psicopedagoga de la Universidad Tecnológica de Chile.
El refuerzo positivo no solo transforma la dinámica familiar y educativa, sino que también construye una sociedad más empática, donde los niños crezcan seguros de sí mismos y con herramientas emocionales para enfrentar desafíos.