El 25 de diciembre de 2023, mientras muchos celebraban la Navidad, el telescopio espacial James Webb de la NASA realizaba una observación que dejaría perplejos a los científicos: captó auroras en Júpiter que cambiaban de intensidad en cuestión de segundos, un fenómeno nunca antes observado.
Estas auroras, detectadas en el hemisferio norte del planeta, mostraron destellos que aparecían y desaparecían rápidamente, algunos en tan solo tres segundos. Además, se registraron «extinciones» abruptas, donde la intensidad de la luz disminuía hasta un 40% en apenas 12 segundos. Este comportamiento dinámico y extremo de las auroras jovianas ha sido documentado en un estudio publicado en la revista Nature Communications.
Lo que hace aún más intrigante este hallazgo es que las emisiones infrarrojas observadas no tienen equivalente en el ultravioleta, lo que sugiere que hay procesos energéticos en la atmósfera superior de Júpiter que aún no comprendemos completamente. El estudio también permitió calcular por primera vez la vida media del trihidrógeno (H₃⁺), una molécula clave para entender la atmósfera del planeta.
Este descubrimiento abre nuevas preguntas sobre la energía que recorre la atmósfera de Júpiter y destaca la importancia de continuar explorando y estudiando los fenómenos atmosféricos de los planetas de nuestro sistema solar.