Durante los últimos días, han circulado fotos de atardeceres que llaman mucho la atención, con colores naranjos y rojizos muy fuertes en el norte de nuestro país, dejando sorprendidas y cautivadas a muchas personas quienes han podido lograr apreciar este fenómeno atmosférico.
Que es lo que sucede
Fotografías tomadas entre la región de Arica y Parinacota y Antofagasta con un cielo prácticamente despejado, alguna que otra nube alta y con colores bien llamativos delatan la presencia del dióxido de azufre (SO2) en el ambiente. Ahora bien, ¿de dónde proviene esto? ¿de la nada? ¿del espacio? ¿¡de dónde?!.
Recordemos que el pasado 14 de enero ocurrió una gran erupción en el volcán Hunga Tonga Hunga Ha’apai, que como resultado dejó una columna eruptiva de más de 30 km de altura, junto a una emisión de más de 400.000 toneladas de dióxido de azufre, alcanzando la estratosfera (¡Wow, sí que es alto!).
Esto, gracias a las masas de aire y diferencia de presiones en el ambiente, es posible desplazar tanto cenizas como este gas presente post-erupción. Actualmente, parte de este gas se encuentra ingresando por la parte norte de nuestro país y desplazándose día a día más al sur con una presencia promedio de 25 mg/m2 y a una altura aproximada de 9.360 m s.n.m.
¿ES UN PELIGRO?
Al ser una baja cantidad de gas y que se encuentra esparcido en el ambiente a gran altura, no, no reviste peligro. En casos extremos (que no aplica en este caso), la contaminación del aire por SO2 causa dificultad para respirar, inflamación de las vías respiratorias, irritación ocular por formación de ácido sulfuroso sobre las mucosas húmedas, entre otros síntomas que se podrían presentar. Finalmente y a modo resumen, solo cabe mirar al horizonte a la hora del atardecer, presenciar este fenómeno atmosférico, tomar una fotografía y compartirla.
FUENTE: RED GEOCIENCIA DE CHILE
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