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Durante mucho tiempo se introdujeron especies que consumen mucha agua para las áreas verdes y para los jardines de las casas. Hoy con una realidad de sequía que afecta a todo Chile y donde Atacama vive una crisis debido a la sobreexplotación y el actual marco legal de propiedad del agua, es que surge la preocupación de tener un consumo reducido del recurso hídrico.

Es en este tema donde te queremos invitar a considerar para tu casa, tu barrio y las políticas públicas a tener en cuenta estas especies que nos pueden ayudar a tener más sombra, más oxígeno y ayudar a mantener especies de flora y fauna (desde insectos hasta aves y mamíferos) para así tener ciudades más amigables.

Si bien es común escuchar que esta especie fue introducida por los españoles, este árbol insigne de la zona es en realidad originario del sur de Perú. Llegó aquí en la era precolombina y es un gran aliado para palear el calor de la ciudad consumiendo muy poca agua.

El pimiento capta agua desde la camanchaca, está adaptado a climas desérticos y soportando suelos salinos, tiene un gran éxito en una zona como Atacama, siendo una de las especies más comunes para dar sombra. Aún así, muchos proyectos de urbanización les han talado ya que levantan con sus raíces las veredas. Por ello es importante que consideremos todo el espacio que requiere este noble árbol.

Todos les llamamos cactus africano y muchos creen que es endémico, pero la realidad es muy diferente. Introducida hace unos años en Chile, en Atacama se ha hecho muy popular dada la facilidad con que se adapta a el clima desértico de Atacama. Su origen es en el cuerno de África, en los sectores de Etiopía, Somalia y Eritrea, de ahí su nombre: Abbisínica. Si bien son más de 2000 tipos de euforbias al rededor del mundo, esta es la que hoy más nos puede ayudar con el ahorro de agua para las áreas verdes y para dar sombra. En Atacama ya se usa en varios parques y plazas, además de adornar los jardines de los habitantes. Es muy útil para complementar la sombra de los árboles, ya que se ramifica muy rápidamente y llega a alcanzar los 4,5 metros.

Es importante que conservemos estos especímenes dentro del radio urbano, para que no afecten los ecosistemas naturales. ¿Por qué se diferencia de un cactus? Pues porque son familias distintas y es similar por una convergencia evolutiva, es decir que este tipo de planta encontró una solución similar a la captación de agua que las cactáceas, tomando la humedad de la niebla. Los cactus, por otro lado son propios de todo América, y en Chile gozamos de una de las mayores diversidades de especies, entre ellas los copaos y las copiapoas.

Antiguamente el algorrobo era uno de los árboles más comunes en Atacama, especialmente en los Valles de Copiapó y las aguadas que están presentes en todo el territorio. ¿Qué pasó? Se usaron en muchas ocasiones como leña, lo mismo que ocurrió con los bosques de Chañar. Sin embargo, es aún frecuente esta especie en sectores poco intervenidos.

Ejemplares del «Prosopis chilensis» puede alcanzar de 3 a 12 metros de altura. Es voluminoso por lo cual es un excelente aliado para dar sombras en las ciudades, pero es infrecuente encontrarlo. En otros puntos del desierto, como en San Pedro de Atacama esta especie sí es muy común y está incorporada en muchas propiedades para ornamentación. Las vainas de algarrobo se usaban para hacer harina y chicha, aunque su uso quedó en el olvido en Atacama. Su consumo de agua es muy eficiente, requiere de muy poca hidratación por lo que resiste climas hiperáridos como nuestra zona.

Los chañares son uno de los árboles icónicos de Atacama. Como elemento identitario suelen usarse de recurso en canciones, poemas y discursos. Pero en la práctica son árbol muy denostado. Hasta una «maldición» tienen asociada, la de si se come su fruto uno o una «no puede irse más de la zona». Algo que ha hecho de este árbol pasar a ser relegado, siendo que son múltiples sus beneficios. Desde servicios ecosistémicos donde ayudan a aves e insectos a proliferar, hasta usos urbanos subutilizados, como su extrarodinaria capacidad de vivir en la sequía, creciendo con facilidad en los lugares más yermos del norte de Chile. Pese a ello, para sombrear las calles se siguen utilizando otras especies, siendo que esta significa un gran ahorro de agua.

El chañar puede alcanzar de 5 a 10 metros de altura, por lo que es muy útil para sombrear. Un clara muestra de ello es el ejemplar que está en la esquina de Luis Flores con Los Carrera en al capital regional, quizás el más grande en la zona urbana.

Es fácil tener nuestro propio chañar en casa, se da por fruto y por raíces. El sitio Chilebosque.cl nos recomiendA que el fruto se coseche en otoño y se remoje la semilla en agua caliente a 80ºC. Se recomienda sembrar a comienzos de la primavera plantando 4-5 semillas por bolsa.

Reivindiquemos el Chañar, su fruto claramente nos da más bendiciones que maldiciones

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