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Las habitantes de las comunas que tienen presencia de plantas termoeléctricas presentan un riesgo de enfermarse cuatro veces mayor que el promedio nacional, según estableció un estudio de la Universidad Católica de Chile.

La investigación, consignada por el diario La Tercera, indica que en el país hay 28 termoeléctricas que funcionan con carbón, 19 de las cuales se concentran en las ciudades de Tocopilla, Huasco y Mejillones, todas en la zona norte.

En este contexto, los investigadores del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UC, a petición de la organización Chile Sustentable, analizaron las tasas de muerte y de atenciones en centros de salud de los habitantes de esas tres comunas, para enfermedades respiratorias, circulatorias, cerebrovasculares y tumores malignos, entre otras, todas asociadas a la combustión del carbón (según la OMS); y las compararon con los parámetros nacionales.

Así, constataron que el riesgo de muerte por una enfermedad cerebrovascular en Huasco es 281 por ciento mayor que el promedio nacional, mientras que las probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas de las vías respiratorias es un 139 por ciento más alta e incluso la tasa de pacientes con asma es del 397 por ciento, casi cuatro veces mayor que la media del resto del país.

En Tocopilla viven algo parecido, puesto que el riesgo de fallecer a causa de tumores malignos en la tráquea, bronquios y pulmón es 172 por ciento más alto; en tanto que las atenciones médicas de pacientes con patologías crónicas de las vías respiratorias y con enfermedades isquémicas del corazón prácticamente duplican el promedio del país. En Mejillones, por su parte, no se registraron diferencias significativas con los parámetros nacionales.

Para la académica Sandra Cortés, presidenta de la Sociedad Chilena de Epidemiología, los resultados «son un desafío para el sistema de salud que hay que abordar, porque estas personas están requiriendo una atención médica en mayor proporción que los otros chilenos».

«El estudio sólo muestra la punta del iceberg respecto de los posibles daños de salud en los habitantes de estas comunas, ya que no puede identificar posible daño cognitivo en edades tempranas, complicaciones en el parto, alteraciones metabólicas y varias más», añadió la especialista.

Recordemos que en junio pasado, el Gobierno anunció el programa «Energía Zero Carbón», que establece que de aquí al año 2024 concluirán sus operaciones las ocho centrales termoeléctricas más antiguas del país. Las primeras que serán cerradas, este año, son las unidades 12 y 13 de Tocopilla, y que en su conjunto suman una potencia instalada de 171 megawatts.

Luego, en mayo de 2020 dejará de operar la central Tarapacá, en Iquique, puesta en servicio en 1999 y que aporta 158 megawatts. Luego seguirán la unidad 1 de Ventanas, en Puchuncaví, en noviembre de 2022; la unidad 1 de Bocamina, en Coronel, en diciembre de 2023; y en mayo de 2024, las unidades 14 y 15 de Tocopilla, y la unidad 2 de Ventanas.

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