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Hasta el último informe entregado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Atacama era una de las regiones con mayor tasa de desocupación en el país, sin embargo, el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) a través del Observatorio Laboral, revela que el nivel de empleabilidad creció un 3,0 % en el año 2018, pero -una gran parte- en oficios informales.

De los nueve oficios más ejercidos en la región Atacama, la venta en tiendas y almacenes es el que mayor porcentaje ocupa, con un 6,4 % para un total de seis mil 948 trabajadores; le sigue 3,6 % de conducción de camiones pesados; es decir, tres mil 936 empleados, después van los obreros agrícolas con el mismo porcentaje, los mecánicos automotrices con 3,5 %, el personal doméstico, los limpiadores de establecimientos, ayudantes de cocina y cocineros de comida rápida, los conductores de taxis y camionetas y, finalmente, los guardias y porteros.

Todos ellos suman un 31,6 % del total de personas que actualmente tienen un empleo en la región, de acuerdo con primer boletín presentado por el Observatorio Laboral de Atacama este miércoles, tras un estudio que ejecutó Inacap desde abril hasta julio con el 5 % de la Franquicia Tributaria administrada por Otic Proforma.

Del total de ocupados que fueron contabilizados en el informe, los que integran este ítem tienen un promedio de escolaridad de 10,5 años; es decir, que la gran mayoría integra el 38,90 % de individuos que solo alcanzó la educación media. Es que, de hecho, la población más grande de ciudadanos que cuenta con un trabajo no tiene un alto nivel educacional.

El informe que analizó los datos del mercado laboral para revelar cuáles son las características generales de los ocupados en la región, halló que 32,30 % de los empleados en Atacama llegaron a educación básica o menos, mientras que 8,5 % cursó la educación superior, pero no la terminó; 6,70 % se fue por las enseñanzas técnicas y el 13,60 % alcanzó un título superior profesional.

De ahí es que surge la distribución de las personas en los diferentes sectores económicos de la región; por ejemplo, el sector comercio tiene un total de 29 mil 439 ocupados en sus filas para un redondeo porcentual de 20 %; detrás de él viene la minería, con 25 mil 513 empleados lo que significa 17,3 %, después, servicios de enseñanzas con 8,9 %; es decir, 13 mil 062 trabajadores.

Así sucesivamente, construcción, industria manufacturera, silvoagropecuario y pesca, transporte y almacenamiento, administración pública, hoteles y restaurantes, servicios de salud y asistencia social, entre otros. En total 147 mil 440 individuos de la región están dispersos en más de 10 sectores económicos; de ellos, 91 mil 412 son hombres y 56 mil 028 son mujeres.

La distribución por edad también fue uno de los ítems que se abordó en el informe; en él se lee que el 35 % de los ocupados tiene entre 45 y 59 años, mientras que 28 % de 30 a 44, el 22 % de 15 a 29 años y el 15 % supera los 60.

En función de mejorar estos números fue que las instituciones asociadas al Ministerio del Trabajo y Previsión Social se coordinaron para diseñar estrategias que permitan cambiar este panorama, así lo explicó este miércoles José Robles Rivera, director del Observatorio Laboral.

“Esta información es muy importante para la toma de decisiones, no solamente del Gobierno, sino también de las empresas (…) ya contamos con datos serios de qué es lo que pasa en la región; las brechas que existen en los cuatro rubros más importante”, agregó el director regional del Sence, Víctor Nieto.

De acuerdo con su análisis el foco de este estudio está puesto en los ocupados para tener una visión general de cómo han avanzado en distintos sectores económicos y así poder ofrecer datos reales a las empresas, servicios públicos y sociedad civil.

El informe revela características precisas sobre la realidad laboral atacameña y como esto ha variado según las fluctuaciones cíclicas de la economía regional, las cuales se han transformado en tres fases. La primera fue la expansión, entre 2011 y 2013, cuando hubo mayor cantidad de empleados alcanzando los 157.841; posteriormente fue la contracción, entre 2014 y 2016, que bajó el nivel de empleabilidad a 139.332 y ahora -según el estudio- “la progresiva reactivación economía”.

“Estas tres fases se correlacionan con la evolución del número de ocupados en la región, el cual alcanzó una fase de crecimiento regional de un 3,0 % en el año 2018”, se lee en el boletín que también indica que la tasa de trabajo para el año pasado era de 57,8 %.

Finalmente, José Robles informó que se espera que para fin de año se tengan las informaciones preliminares sobre las brechas que existen en los cuatro sectores económicos que ha priorizado el Ministerio del Trabajo en todo el país para determinar cuáles serán las acciones a tomar en los casos en los que las empresas tienen ofertas para oficios que no tienen demanda en la región.

Fuente el Chanarcillo
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