Durante su reciente visita a Copiapó, el presidente Gabriel Boric encabezó la inauguración del Conjunto Habitacional Killari. Lo hizo a bordo de uno de los nuevos buses eléctricos que comenzarán a operar en la capital regional a partir de octubre, marcando el inicio de una transformación histórica para el transporte público local.
El diputado Juan Santana, presente en el recorrido, celebró esta iniciativa y planteó un nuevo desafío: extender este tipo de transporte sustentable a todas las comunas de la Región de Atacama.
“Este proyecto se gestó tras una serie de diálogos ciudadanos donde se consideraron recorridos, horarios y necesidades reales de las personas. Es una forma de construir ciudades más justas”, señaló Santana.
Copiapó, ciudad pionera en Latinoamérica
Con 121 buses eléctricos, distribuidos en 12 recorridos, el Plan Modernizador del Transporte Público de Copiapó busca beneficiar diariamente a unas 25.000 personas. Será la primera ciudad de Latinoamérica en tener una flota mayor completamente eléctrica, según el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones.
El diputado Santana valoró el hito, pero también subrayó que esto implica un nuevo compromiso energético para la región.
“La energía que se genera en Atacama debe beneficiar directamente a sus habitantes. Así como se alimenta la Línea 1 del Metro de Santiago, queremos que nuestros proyectos energéticos se conecten con estas mejoras para el transporte regional”.
Electromovilidad: ¿Una solución sin consecuencias?
A primera vista, la electromovilidad parece ser la respuesta ideal a los problemas de contaminación y ruido en nuestras ciudades. Sin embargo, hay lecciones internacionales que advierten sobre los desafíos que esto conlleva si no se implementa correctamente.
Lecciones desde otros países:
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Alemania y Noruega, líderes en electromovilidad, han enfrentado problemas de sobrecarga energética en redes urbanas y altos costos de mantención de baterías de litio.
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En China, donde más del 60% del transporte urbano ya es eléctrico, surgieron denuncias por mal manejo de residuos de baterías y falta de normativas claras para su reciclaje.
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Chile, aunque es uno de los principales productores de litio del mundo, aún carece de una política nacional robusta para el reciclaje de baterías, lo que podría generar nuevos pasivos ambientales si no se actúa a tiempo.
¿Y en Atacama? Potencial energético sí, pero con planificación
La región cuenta con un enorme potencial en energía solar y eólica, lo que podría convertirla en un ejemplo nacional de movilidad sostenible. Pero este salto requiere más que entusiasmo:
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Infraestructura de carga rápida eficiente y descentralizada.
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Capacitación técnica local para operar y mantener la flota.
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Planes de reciclaje de baterías y componentes electrónicos.
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Estudios de impacto ambiental desde el inicio de cada proyecto.
¿Electromovilidad a toda costa?
Impulsar la electromovilidad no debe convertirse en una carrera por cumplir metas políticas sin antes considerar los impactos a largo plazo. La solución al problema del transporte no puede replicar errores del pasado, como implementar sin consultar, sin fiscalizar o sin pensar en los residuos futuros.
Atacama puede liderar, sí. Pero liderar bien, con una mirada sustentable, inclusiva y técnicamente sólida. La tecnología es solo una parte. La otra, es la voluntad de hacer las cosas bien desde el comienzo.