Recreación del coronavirus
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  • El neurovirólogo José Antonio López nos explica por qué y a qué nos enfrentamos con respecto a su mutación

El SARS-COV-2, es decir, el coronavirus que llegó de China y ahora tiene en jaque a medio planeta, ya no es el mismo que salió de Wuhan. O mejor dicho, es el mismo, pero con mutaciones en su genoma. Científicos del Departamento de Genética de la Universidad de Valencia acaban de demostrar que el que está contagiando aquí ya había mutado. Lo han hecho secuenciando el genoma completo de los primeros pacientes que se contagiaron en Valencia.

Pero no hay que asustarse. Los virólogos explican que lo que está ocurriendo es normal. Este tipo de coronavirus muta muy rápido. El virus se defiende, trata de cambiar su genética para defenderse, pero eso no necesariamente quiere decir que con cada mutación sea más agresivo. Más bien al contrario.

Lo explica José Antonio López Guerrero, coordinador de Neurovirología de la UAM. “Este tipo de virus, los ARN, tienen una mayor tasa de mutación que los virus ADN. Es normal que esté mutando rápido y que se hayan generado ya dos cepas bien diferenciadas en China. Pero esto no significa que sea una mutación para peor, al revés”.

Todavía se sabe poco de este nuevo coronavirus, pero los virólogos creen que su replicación debe ser parecida al de la gripe.“Estamos hablando de tiempos muy parecidos. Los receptores parecen distintos y se ve una mayor eficiencia transmitiéndose entre humanos, se transmite un poco más rápido, pero eso no significa que sea más virulento. Lo que está ocurriendo es normal desde el punto de vista de la virología, es un proceso normal”.

 

Al virus no le interesa matarnos

Los virus mutan porque tratan de adaptarse al huésped al que infectan, donde se quieren establecer y hacer fuertes, pero “la tendencia habitual es que el virus vaya perdiendo virulencia”, advierte López. Y explica por qué. “Los que tienen menos síntomas pueden transmitir más el virus, porque los que tienen síntomas y les afecta más enseguida son apartados, aislados, así que contagiarán menos. Al principio, el virus infecta al azar. Pero la propia naturaleza va seleccionando aquellas variantes del virus capaces de convivir en equilibrio con el huésped”.

Porque, a pesar de los mensajes catastrofistas de todas las películas de mutantes de ciencia ficción que hayamos podido ver, cuando hablamos de mutación de virus la realidad es muy distinta y mucho menos alarmista. “Al virus no le interesa matarnos, son parásitos intracelulares obligados, somos su único medio de vida, tiene que adaptarse para seguir viviendo, convivir en equilibrio con nosotros”.

Un virus de temporada

Estos virus, cada vez que se dividen, mutan. El genoma de este coronavirus está mutando constantemente. Por eso, no es raro que el que haya llegado a Europa sea distinto al de Wuhan. “Y si ahora se secuencia el virus de Madrid, seguro que se encuentran pequeñas mutaciones con respecto al de Valencia. Es algo normal. Que esa mutación se vaya perpetuando o no, es algo se verá con el tiempo”.

López no descarta que “una mutación haga aparecer un brote más agresivo, pero lo normal es que siga mutando y que se quede por aquí convertido en un virus de temporada, parecido a la gripe, con el que tendremos que convivir estacionalmente dentro de algunos años”.

Inmunidad de rebaño

El problema, ahora, es que estamos desprotegidos frente a este nuevo coronavirus. Todos. “El problema es que somos una población virgen inmunológicamente hablando, estamos hablando de muchos muertos por eso. Ahora mismo todavía estamos desprotegidos, pero poco a poco alcanzaremos la llamada “inmunidad de rebaño”, es decir, que el virus tenga menos capacidad de dispersarse porque acabará encontrando cada vez menos personas que infectar”, explica este neurovirólogo.

En Wuhan, el virus mutó y se consolidaron dos variantes bien definidas, la L y la S, una más agresiva que otra pero las dos igual de contagiosas. Los esfuerzos sanitarios se centraron en atacar la cepa más agresiva y letal, mientras los casos leves apenas se detectaban y quedaban fuera de control.

Pero eso también tiene una parte buena. “Estoy convencido de que ahora, en Wuhan, ya hay inmunidad de rebaño, seguro que hay diez veces más indetectados de los que se creía, que han permitido que circulara el virus. Y toda esa gente ya tiene defensas”.

Mutaciones y vacuna

La mutación del coronavirus es clave con respecto a la vacuna que se está desarrollando. “Hay que conseguir una vacuna contra una parte del virus que éste necesite mucho, donde no admita mucha mutación, una vacuna que inmunice contra elementos clave del virus que no varíen tanto cuando mute”, explica este neurovirólogo.

Porque hay que tener en cuenta que una vacuna no se genera contra el cien por cien de su genoma, sino contra unas regiones del virus concretas. Se pueden generar anticuerpos contra unas regiones concretas y puede que este virus, aunque mute, no cambie esas regiones.

Para entenderlo, valga un ejemplo. Imagínese una carretera que tiene 600 kilómetros. La vacuna no se genera contra los 600, sino contra el tramo que va del 500 al 540, por ejemplo, porque se cree que ése es el tramo donde mejor puede funcionar. Si, al mutar, cambia alguna letra que está en ese tramo puede que la vacuna no funcione, pero si lo que varía está fuera de ese tramo, sí funcionará.

Esto, con la gripe no se acaba de conseguir, el virus sigue entrando en nuestro organismo cada año. Pero hay vacuna. Y la vacuna sí consigue al menos que el organismo se proteja mejor. Lo mismo ocurrirá, probablemente, dentro de unos años con este coronavirus. López confía en ello. “Vacuna habrá. Hay muchos virus ARN, como la gripe, el ébola, el sarampión, la rubeola… y contra ellos tenemos vacunas”.

Pero ahora se trabaja contrarreloj, y eso influye en el proceso. “Ahora corre prisa, y las que se están desarrollando rápido, normalmente producen una inmunidad a corto plazo, no a largo plazo. Para que sea a largo plazo tiene que ser lo más parecida posible al virus que nos va a infectar, y a eso no da tiempo ahora».

Además, el proceso es largo.»La vacuna no va a estar disponible mañana. El problema es verificar que no es tóxica, que es efectiva y que no produce efectos secundarios. Tardará, aunque con la declaración de emergencia todo esto se está haciendo más rápido, se acortan plazos”.

De momento, hay una idea que conviene tener presente, para que no cunda (más) el pánico. Y este experto insiste en ella. “La evolución tiende siempre a que un parásito acabe en equilibrio con su huésped. Seguramente veamos nuevos brotes de este coronavirus, pero casi todos de forma leve. El escenario más probable es que se adapte y acabe siendo un virus estacional más”.

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