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Las precipitaciones registradas en la Región de Atacama el miércoles y jueves de esta semana dejaron hasta 27 milímetros de agua caída en el extremo sur de la provincia de Huasco.

Según datos de la Onemi, en Freirina se registraron 26,2 milímetros; en Carrizalillo y Domeyko, 17; en Vallenar, 21; mientras que en el Parque Nacional Llanos de Challe, cuatro milímetros.

El director regional de Conaf en Atacama, Héctor Soto, afirmó que las lluvias generan las condiciones mínimas para que se produzca este año el desierto florido a fines de agosto y principios de septiembre en sectores focalizados.

La autoridad aseguró que existe la probabilidad de que en gran parte de esos sectores asociados a la Ruta 5 Norte y las quebradas costeras puedan germinar las flores que colorean el desierto.

Soto añadió que este fenómeno «tiene que estar asociado a la humedad relativa y la temperatura ambiental. Si se presentaran temperaturas muy bajas en la provincia del Huasco, esto podría afectar a la floración de las especies».

Asimismo, la autoridad detalló que «según los registros, en los últimos 50 años las lluvias que han caído a finales de mayo, principios de junio o en julio han dado la floración, pero en esos años la temperatura del invierno no han sido muy bajas».

En 2017 se produjo por última vez este fenómeno en Atacama, considerado uno de los más extensos en cuanto a cobertura de flores. Ese mismo año el Parque Nacional Llanos de Challe registró hasta 12 mil visitantes confirmados.

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