El sábado 18 de mayo de 2025, el ejército israelí lanzó una masiva operación terrestre en la Franja de Gaza, avanzando desde el norte y el sur del territorio. Esta ofensiva, llamada “Carros de Gedeón”, ha dejado más de 130 muertos en pocas horas, la mayoría civiles, y se suma a los más de 53.000 palestinos que han muerto desde octubre de 2023. Pero este conflicto no comenzó hace un par de años: tiene raíces que se hunden profundamente en la historia.
¿Cómo se gestó este conflicto? Un viaje al origen del drama
La disputa entre israelíes y palestinos se remonta al siglo XX. Aquí lo esencial:
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1947: La ONU propone dividir Palestina (entonces bajo mandato británico) en dos estados: uno judío y otro árabe. Jerusalén quedaría bajo administración internacional. Los judíos aceptan. Los palestinos y los países árabes no.
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1948: Se declara el Estado de Israel. Inmediatamente estalla la primera guerra árabe-israelí. Más de 700.000 palestinos son expulsados o huyen de sus hogares: es lo que se conoce como la Nakba («catástrofe», en árabe).
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1967: Israel gana la Guerra de los Seis Días y ocupa Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. Desde entonces, los asentamientos israelíes en territorios ocupados han sido condenados por la ONU, pero han seguido expandiéndose.
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Desde entonces: Gaza queda bajo bloqueo militar, controlada por Israel desde el aire, el mar y casi todas sus fronteras. Hamás, considerado grupo terrorista por Israel y varios países, gobierna en Gaza desde 2007, lo que ha provocado múltiples guerras y ofensivas desde entonces.
Silencio cómplice e intereses globales
Mientras la destrucción continúa, muchos países han optado por mirar hacia otro lado. Aquí algunos elementos clave:
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Estados Unidos: Ha sido el principal aliado de Israel, entregando miles de millones en ayuda militar. Su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU ha bloqueado varias resoluciones para proteger a los palestinos. Hoy, incluso bajo una nueva administración, sigue justificando los ataques bajo el discurso de “seguridad”.
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Unión Europea: Ha expresado preocupación, pero en los hechos ha sido incapaz de aplicar sanciones o detener la compra de armamento israelí. Varias potencias europeas han priorizado relaciones económicas y tecnológicas con Israel.
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China: Ha adoptado una postura crítica hacia Israel, enviando ayuda humanitaria y llamando a una solución pacífica. Sin embargo, su influencia directa en la región es limitada.
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Países árabes: Algunos como Egipto o Arabia Saudita han suavizado su postura hacia Israel por acuerdos económicos y políticos, dejando a Palestina aislada incluso en su propio vecindario.
2025: ¿Estamos frente a un genocidio?
Lo que hoy ocurre en Gaza ya no puede llamarse solo conflicto armado. Organismos internacionales y expertos en derechos humanos han empezado a utilizar palabras como “limpieza étnica” o “genocidio”, considerando la cantidad de víctimas civiles, la destrucción de hospitales, escuelas, refugios y la negación de ayuda humanitaria.
Más de dos millones de personas viven atrapadas en un territorio del tamaño de una comuna chilena grande, sin poder escapar. La mitad de esa población son niños. No hay electricidad, ni agua limpia, ni alimentos suficientes.
La dimensión humana: más allá de la política
Cada número en este conflicto tiene rostro. Son madres enterrando a sus hijos, niños viviendo entre escombros, doctores operando sin anestesia, periodistas muriendo mientras intentan informar. La llamada “civilización occidental” observa, tuitea, se pronuncia con comunicados vacíos… pero no detiene nada.
¿Qué podemos hacer desde Chile y el mundo?
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Informarse y compartir contenidos verificados.
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Apoyar organizaciones humanitarias que entregan ayuda real en terreno.
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Exigir a nuestros representantes una posición activa, no tibia ni ambigua.
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No normalizar la violencia por pertenecer a un “conflicto lejano”.
Gaza no es un tema lejano. Es el reflejo más crudo de la deshumanización en el siglo XXI. Y guardar silencio hoy… es ser cómplice.