Click aquí para escuchar este artículo

Miguel Lawner, reconocido arquitecto chileno, realiza una catarsis sobre lo ocurrido en las últimas votaciones y lo que pudo haber influido en los resultados.

«Yo creo que aún no estamos conscientes que en Chile operó por primera vez una campaña de propaganda con recursos tecnológicos que no somos capaces de dominar, es algo diabólico, son capaces de manejar las mentes sin que estemos concientes».

 

Pero no solo dice aquello

Donde la población no tiene acceso a la vivienda ni el agua, donde sufren ser “zona de sacrificio”, donde no se cumple con derechos vitales, el rechazo ganó con abultado resultado. Un irracional comportamiento del electorado, pero se trata de un ejercicio de autoflagelación demasiado doloroso.

Tal como lo afirmé en varias oportunidades, la Convención Constitucional nos entregó un texto admirable, elogiado por muchas de las más prestigiosas figuras del arte, la cultura, la economía y políticos del mundo entero. También en Chile. Bastaba ver el mosaico de quienes se congregaron para animar el inolvidable cierre de la campaña del apruebo. Lejos, lo mejor de los chilenos.

Reitero mis felicitaciones a los Convencionales que nos entregaron un texto excepcional, venciendo todos los inconvenientes que les impuso el Parlamento chileno y los grandes poderes económicos.

No fue suficiente. Pudo más el poder de quienes vieron desmoronarse los ilegítimos privilegios adquiridos desde la dictadura e incrementados en los años de esta interminable transición, quienes jugaron la guerra más sucia conocida en la historia de Chile.

Todos quienes me conocen, saben que he sido toda mi vida un optimista irremediable. Permítanme hoy día haber practicado este miserable ejercicio de autoflagelación, como válvula de escape al inesperado desconsuelo que me abruma.

ERA DEMASIADO BUENA…

 

Deja tu comentario sobre este artículo, recordar que es de total responsabilidad de quien los emite: