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Siempre se presentó a la tecnología como un simplificador para nuestras vidas, una utopía futurista que nos hace pensar en un progreso plural y equitativo. Pero, ¿realmente es así? ¿Es tan neutra y funcional como pensamos?

La tecnología necesita una persona que la diseñe, la cargue de información y la moldee. Tiene un desarrollo humano detrás, y, aunque se busque generar procesos que funcionen de manera genérica, ¿podemos hablar de progreso si solo un grupo de la población tiene la posibilidad de desarrollarla?

No se trata de una cuestión altruista o arbitraria. No se trata de una causa vacía de propósito. La falta de mujeres en tecnología atenta contra el desarrollo global por distintos motivos; desde los algoritmos a la medicina, pasando por incontables desarrollos que siguen sin tener en cuenta la pluralidad de voces.

Paula Coto, directora ejecutiva de Chicas en Tecnología (CET), una organización sin fines de lucro cuyo propósito es reducir la brecha de género en tecnología en América Latina, se expresó al respecto: “Las mujeres siguen siendo minoría en las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática, por sus siglas en inglés) y, por ende, en el diseño y la creación de tecnología. Esto provoca que las innovaciones que impactan en la vida de toda la población estén sesgadas y que representen solo a una parte de la sociedad”, sentenció.

¿DÓNDE SE VE REFLEJADA LA FALTA DE MUJERES?

Los sesgos en la creación de tecnología son constantes y contamos con vastos ejemplos. Una de las principales empresas de tecnología a nivel global entrenó durante diez años un algoritmo para selección de personal que excluía a las mujeres de las oportunidades profesionales. El haber participado de un “torneo femenino de ajedrez”, o simplemente mencionar el “ella”, ya era razón suficiente para que esta tecnología desestimara esa postulación laboral.

“Las mujeres y otras diversidades fueron excluidas de muchas de las bases que se utilizaron para entrenar los algoritmos que hoy tienen roles sociales importantísimos, como el desarrollo profesional o cuestiones de seguridad nacional. Esto sigue reproduciendo los estereotipos de estos grupos y perpetúa la exclusión de las áreas de tecnología”, reflexiona la profesional de CET.

La falta de consideraciones no es menor e incluso, en casos extremos, puede terminar atentando contra la vida. Esto fue lo que ocurrió con los dispositivos de airbag de los vehículos. Coto explicó que, al momento de ser creados, no fueron testeados ni en mujeres ni en niños/as, lo que provocó una mayor cantidad de lesiones y muertes en estos grupos, porque no se estaba considerando la fuerza de salida ni las dimensiones que debía tener la bolsa de aire para una persona que no fuera un hombre.

“La tecnología que hoy se crea está principalmente pensada por un subconjunto. En líneas generales, se trata de hombres blancos, de mediana edad, de ciertos contextos socioculturales y con ciertas características. Y esa situación para nosotros es importante, debemos mostrar que otro tipo de tecnología es posible”, agregó Coto.

Esto también se ve reflejado con las traducciones automáticas. Idiomas como el inglés no exigen la utilización de pronombres para ciertos trabajos, pero en español sí se necesitan. En la interpretación se ve reflejado el sesgo: les atribuyen pronombres femeninos a actividades relacionadas con la limpieza de la casa, la cocina y el cuidado de los hijos/as; y en ocupaciones como trabajar o estudiar predominan pronombres masculinos.

TRABAJAR EN STEM

Estas disciplinas están en auge, y cada vez se solicitan más personas profesionales capacitadas en estas áreas. Trabajar la diversidad tiene que ser parte de la agenda pública, ya que más diversidad en la creación contribuiría a tecnología que ayude a solucionar problemáticas de todos los grupos sociales y crear dispositivos menos sesgados.

“En 2020, en América Latina, se necesitaron un millón de profesionales y solo se formaron unos 100.000 en estas áreas. Para el 2030, se necesitarán diez millones de profesionales. Pese a la falta, las mujeres y otras diversidades quedan relegadas. Es fundamental incluirlas en este recorrido, y que generen la tecnología en la que nos vamos a mover en lo inmediato y en el futuro”, expresó Paula Coto.

Entendiendo la importancia de esta problemática, y en el marco del estreno de PANTERA NEGRA: WAKANDA POR SIEMPRE, Chicas En Tecnología lanzó Potencia tu Futuro con el apoyo de Disney, un programa de becas en programación Full-Stack. Podrán postularse jóvenes que se identifiquen con el género femenino de 16 a 21 años y que vivan en países hispanohablantes de América Latina. El programa busca reducir la brecha de género en tecnología en la región y ampliar las oportunidades de 70 adolescentes para que puedan formar parte del ámbito laboral tecnológico.

Las interesadas pueden inscribirse en este link. (https://chicasentecnologia.org/) Aquellas que resulten seleccionadas realizarán una certificación online de 11 meses para formarse en habilidades digitales que les permitirán realizar el desarrollo integral de páginas web. Las capacitaciones incluyen módulos de frontend y backend, y de herramientas y lenguajes como HTML, CSS, Boostrap, Javascript, React.js, JPA y Thymeleaf, entre otros.

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