El reciente debate sobre las disparidades de género en el acceso a la atención médica arroja luz sobre un problema crítico que aqueja a nuestra sociedad. La evidencia presentada subraya la existencia de brechas significativas en el acceso a los servicios de salud para las mujeres, especialmente aquellas que asumen roles tanto como usuarias como cuidadoras. Estas disparidades, derivadas de brechas de género biológicas, sociales y culturales, se manifiestan en tasas diferenciales de utilización de servicios de salud y resultados de salud dispares.
Es imperativo que el sector de la salud reconozca y aborde estas brechas de manera integral. Reconociendo la naturaleza multifacética de los roles de género, los esfuerzos deben dirigirse hacia la consolidación de enfoques terapéuticos integrales dentro del marco de la seguridad social. La priorización efectiva, el aseguramiento de la salud y el cierre de brechas deben ser los puntos focales de tales enfoques.
Es esencial reconocer que las necesidades de atención médica de las mujeres son distintas, más aún cuando desempeñan roles específicos de género. Es necesario conversar sobre cómo Chile abordará mejor estas brechas de género en el acceso a la atención médica de cara a la discusión de reforma de salud.
Los problemas de acceso enfrentados por las mujeres tienen en la base un conjunto de inequidades sociales. Pese a que Chile posee un índice de desarrollo humano muy alto, cuando se ajusta por desigualdad, cae considerablemente. Además, las brechas salariales, la desigualdad en el acceso al empleo y la pobreza afectan de manera desproporcionada a las mujeres en nuestra sociedad.
Es hora de que el sistema de salud aborde estas brechas de género de manera efectiva. Se deben diseñar estrategias que reconozcan y atiendan las necesidades específicas de las mujeres, tanto como usuarias de servicios de salud como cuidadoras. Esto implica una mayor oferta de servicios de salud orientados a las mujeres y la consideración de costos no médicos asociados a su atención.
Es necesario un enfoque integral y coordinado para abordar las brechas de género en el acceso a la atención médica. Solo mediante la acción concertada de todos los actores involucrados podremos garantizar una atención médica equitativa y de calidad para todas las personas, con foco especial en la mujer cuidadora y usuaria.
