Click aquí para escuchar este artículo

Según especialistas, jugar podría proporcionar a los niños herramientas para afrontar de manera más efectiva tanto desafíos cotidianos como tareas escolares formales.

En una sociedad que comúnmente prioriza el rendimiento académico formal, puede ser fácil pasar por alto la importancia del juego en el desarrollo de la infancia. Sin embargo, el juego podría ser mucho más que una simple actividad recreativa, pues según la evidencia disponible sería un componente esencial para el crecimiento cognitivo, social y emocional de los niños y niñas.

Así lo indica la Dra. Andrea Mira, investigadora del Instituto de Ciencias del Ejercicio y la Rehabilitación UNAB y doctora en Ciencias del Desarrollo y Psicopatología, quien añade que “muchas veces se cree que es solo una actividad de recreación o donde los niños disfrutan, y si bien eso es cierto y es muy importante, el juego también es una instancia llena de aprendizajes que se dan de forma natural y placentera”.

Aprender sin presión

Según Mira, el juego proporciona un espacio donde los niños pueden explorar, experimentar y aprender de manera activa y sin presiones externas. A través del juego, los niños desarrollan habilidades cognitivas clave como la imaginación, el razonamiento, la resolución de problemas y la creatividad.

«El juego puede manifestarse a través de diversos materiales y juguetes, tales como bloques, autos, animales, entre otros», explica Mira. «Sin embargo, es igualmente crucial fomentar el juego y la exploración en la naturaleza, donde los elementos lúdicos se transforman en los propios árboles, plantas, piedras y tierra que nos rodean.»

Estudios recientes han respaldado la idea de que el juego en la naturaleza tiene un impacto positivo en varios aspectos del desarrollo infantil, incluida la salud mental, el desempeño académico, el desarrollo social y cognitivo, y el bienestar general de los niños y niñas.

Jugar para prepararse

Además de crear un ambiente seguro y placentero para el aprendizaje, el juego también está vinculado al desarrollo de las funciones ejecutivas en los niños, proporcionándoles herramientas para afrontar desafíos cotidianos de manera efectiva, como los requerimientos académicos y la interacción con sus pares

«Esto se manifiesta en cómo los niños, de manera natural, enfrentan desafíos cognitivos: toman decisiones, se organizan, siguen reglas, reflexionan y realizan ajustes antes de actuar”, indica la docente UNAB. “Según avanzan progresivamente, cumplen metas y aumentan el nivel de desafío, lo que influye positivamente en sus aspectos emocionales. Así, van adquiriendo nuevas habilidades y experimentan la satisfacción de lograr sus objetivos, lo que los capacita para enfrentar desafíos nuevos y más complejos”.

Consejos para los cuidadores 

La también docente de la Escuela de Terapia Ocupacional UNAB subraya que es muy importante proveer a los niños de espacios diarios de juego, puede ser en casa con juguetes o materiales que se tengan a la mano, o bien, en una plaza o ludoteca que haya al alcance, “los parques y espacios naturales también serán un elemento fundamental para el desarrollo pleno de quienes están en pleno crecimiento”, menciona.

Mira señala que los padres pueden compartir espacios de juego con sus hijos, pero evitando ser intrusivos o directivos en las interacciones. “También es relevante que tenga espacios de juego con otros niños o niñas, donde vayan imaginando, construyendo y resolviendo problemáticas que surgen en contexto del juego”

Deja tu comentario sobre este artículo, recordar que es de total responsabilidad de quien los emite: