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El 26 de septiembre el planeta gigante parecerá más grande y brillante de lo normal, pues se encontrará solo a unos 590 millones de kilómetros de la Tierra. Será su mayor aproximación en casi 60 años y se podrá ver desde la Tierra sin necesidad de telescopio..

Júpiter es el planeta más grande de nuestro sistema solar. Es parecido a una estrella, pero nunca llegó a ser lo suficientemente masiva como para empezar a arder. Está cubierto de rayas de nubes arremolinadas. Tiene fuertes tormentas como la Gran Mancha Roja, que hace cientos de años que dura. Júpiter es un gigante hecho de gas, y no tiene una superficie sólida, pero puede tener un núcleo interno sólido de aproximadamente el tamaño de la Tierra. Júpiter también tiene anillos, pero son demasiado tenues para verlos muy bien.

Será el próximo lunes 26 de septiembre cuando Júpiter, el planeta más grande del Sistema Solar, se acerque a la Tierra, tanto que será visible a simple vista. El fenómeno se conoce como “oposición”.

En palabras de la NASA “la oposición ocurre cuando un objeto astronómico sale por el este mientras el Sol se pone por el oeste, colocando al objeto y al Sol en lados opuestos de la Tierra”.

Si bien este es un fenómeno común -puesto que la oposición de Júpiter ocurre cada 13 meses- no había estado tan cerca como lo estará ahora desde 1963, hace 59 años.

Desde el punto de vista de la superficie de la Tierra, la oposición ocurre cuando un objeto astronómico sale por el este mientras el Sol se pone por el oeste, quedando el planeta y el Sol en lados opuestos de la Tierra.

Beamin señala que “este año justo coincide que nos encontramos con Júpiter cuando está pasando más cerca del Sol, y esto no es tan habitual, pues este planeta se demora 12 años en completar una vuelta al Sol (a diferencia de Marte que solo le toma poco menos de dos años terrestres)”.

Debido a lo anterior, “estos son los mejores días para salir a observar Júpiter, que es el punto más luminoso del cielo nocturno, después de la Luna evidentemente. Se puede ver hacia el este, en dirección a la cordillera de los Andes, a partir de las 19.30 o 20.00 aproximadamente. Durará por lo menos un mes más”, explica el astrónomo.

Según este último, un lugar de observación ideal será una gran elevación en un área oscura y seca. “Las vistas deberían ser excelentes durante unos días antes y después del 26 de septiembre. Fuera de la Luna, debería ser uno de los (si no el) objetos más brillantes en el cielo nocturno”, esxplicó el astrofísico de la Nasa.

Júpiter tiene 53 lunas con nombre, pero los científicos consideran que se han detectado 79 lunas en total. Las cuatro lunas más grandes, Io, Europa, Ganímedes y Calisto, se denominan satélites galileanos. Llevan el nombre del hombre que los observó por primera vez en 1610, Galileo Galilei. Con binoculares o un telescopio, los satélites galileanos deberían aparecer como puntos brillantes a ambos lados de Júpiter durante la oposición.

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