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La falta de una política europea frente a la ola migratoria ha originado que más de 1.000 personas hayan fallecido o desaparecido en la frontera occidental del Mediterráneo entre 2018 y el primer trimestre de 2019.

Las autoridades españolas rescataron este domingo 23 de junio a 137 migrantes de origen subsahariano y magrebí que intentaban llegar a las costas del sur de la nación europea a bordo de cuatro pateras.

Los funcionarios de Salvamento Marítimo socorrieron a las personas –incluidos 16 mujeres y tres bebés– cuando navegaban en estas embarcaciones rudimentarias en el mar de Alborán, en la parte más occidental del Mediterráneo.

El día anterior los guardacostas ya habían auxiliado a 145 personas que viajaban en tres pateras en estas mismas aguas.

Estos rescates parecen ser algo cotidiano, como revelan cifras oficiales, ya que más de 8.800  inmigrantes han llegado a España por mar en lo que va de año 2019.

Estos inmigrantes provienen de Oriente Medio y África y exponen su vida al huir de sus países de origen para escapar de la guerra, la violencia y la persecución. Sin embargo, la gran mayoría muere o desaparece en su intento por alcanzar las costas europeas.

La situación es alarmante y parece no detenerse. La periodista e investigadora española Helena Maleno denunció este martes -25 de junio- que «1.022 personas fallecieron o desaparecieron en la frontera occidental del Mediterráneo» entre 2018 y el primer trimestre de 2019, y de al menos 816 «no se sabe nada».

«Algunos cadáveres han sido identificados, pero muchos quedaron en las morgues de Argelia, Marruecos o España, o enterrados en tumbas sin nombre«, expresó durante la presentación del estudio «Vida en la necrofrontera«, elaborado por la ONG Caminando Fronteras, y que ella misma coordinó para revelar la verdad sobre las muertes en el Estrecho de Gibraltar.

El informe de la ONG reveló que solo el 25 % de los cuerpos desaparecidos tras los naufragios de las pateras llegan a ser encontrados.

Al respecto, Maleno responsabiliza a la Unión Europea y España de esta tragedia, por llevar a cabo una «subcontratación de terceros países para el control de las fronteras».

De este modo, Maleno se refirió al acuerdo binacional que suscribió España con Marruecos en 1992, para que este país se encargara de realizar este control fronterizo.

El convenio que data del Gobierno de Felipe González (1982-1996) establece que las autoridades fronterizas de Marruecos readmitirían en su territorio a petición formal de Madrid «a los nacionales de terceros países que hubieren entrado ilegalmente» en territorio español procedentes del país africano.

Inmigrantes desde Marruecos

El 2018 fue un año récord en el número de inmigrantes que llegaron por vía marítima a España, que superó a Grecia e Italia y se convirtió en el primer puerto de entrada de la migración irregular en el Mediterráneo, al sumar más de 65 mil personas.

Entre junio y agosto se registraron jornadas de rescate de hasta 1.200 personas en aguas del Estrecho y del Mar de Alborán, ocasionando un auténtico colapso con polideportivos y comisarías desbordadas de refugiados recién rescatados.

La situación llevó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a reforzar las tripulaciones de rescate y a nombrar en agosto un mando único en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad para «centralizar la coordinación y el seguimiento» de las actuaciones realizadas o vinculadas con la inmigración irregular.

Asimismo, España emprendió una cruzada diplomática para que Marruecos tomara una actitud más activa a la hora de interceptar las pateras que salían de sus costas y presionó en la Unión Europea hasta lograr que el país africano recibiera 140 millones de euros para mejorar sus medios de control fronterizo.

Esto ocasionó que los protocolos en los rescates de Salvamento Marítimo se modificaran para reducir el número de migrantes que desembarcan en un puerto español.

“Ya no se hace nada sin que lo ordene el mando único, que es un cuerpo militar, dirigido por la Guardia Civil. Nosotros somos un cuerpo civil encargado de prestar auxilio en el mar, con independencia de quién sea el que está en apuros, peroya no se mueve ninguna lancha o barco nuestro sin que lo ordene este mando«, denunció Ismael Furió, delegado sindical de Salvamento Marítimo, citado por el portal Público.

Menos rescates y más muertos en el Mediterráneo

El vocero de Salvamento Marítimo indicó que el nuevo protocolo ha incidido en que disminuya el número de rescates y aumente la cifra de inmigrantes muertos y desaparecidos.

En lo que va de 2019, al menos 166 murieron o desaparecieron en la ruta occidental del mar Mediterráneo en su intento por llegar a las costas españolas, refiere un informe de  la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

«Las órdenes ahora son que se avisa primero a Marruecos y a la Guardia Civil. Nosotros sólo salimos si la patera está en aguas españolas. Esto se ha convertido en un asunto de control migratorio, no de salvamento», condenó Furió.

Para Helena Maleno, quien recibe cada día avisos de los migrantes a la deriva y se encarga de alertar a España y a Marruecos para que los localicen, el cambio ha sido notable respecto al 2018.

Recordó que siempre denunció la mala coordinación entre las autoridades marroquíes y las españolas a la hora de localizar embarcaciones, pero destacó que ahora «hay directrices políticas de control migratorio que se trasmiten al personal de Salvamento Marítimo”.

a periodista responsabilizó al Gobierno de España de «instrumentalizar un ente público” como Salvamento Marítimo para que priorice “el control migratorio en vez de la defensa del derecho a la vida».

«Los trabajadores denuncian que les obligan a hacer un defensa racista del derecho a la vida«, afirmó. Señaló también que los equipos de salvamento marroquíes «no tienen medios suficientes adecuados ni por mar ni por aire».

«Estas tragedias se producen cuando delegamos el control migratorio en terceros países y no les apoyamos a la hora de rescatar», denunció.

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